domingo, 31 de agosto de 2025

Día 3-4: Cap Roig, buceo en Tossa y el Ale-Hop que nos arruinó emocionalmente


Spoiler: hay reguladores voladores, mariscadas con vistas y una tienda que es el Disneyland de las libretas peluchonas.


Después del chute de aventuras del finde, el domingo lo tomamos con calma:

🎂 cumpleaños de unos amigos → piscina + siesta + repetir Cap Roig, porque cuando una cala lo tiene todo (menos baños decentes), se repite.


⚠️ Importante: Si te tomas algo en el chiringuito, no significa que te abran el baño. A veces sí, a veces no. Es como un juego de azar con tus esfínteres.





🐠 Lunes: ¡Nos vamos a Tossa! Y sí, hay inmersión… en todos los sentidos



Los chicos se apuntaron a una inmersión de buceo en Playa Mar Menuda.

📍 Dive and Combat (sí, suena a videojuego retro, pero son majísimos y súper profesionales).


Bajaron a 6,5 metros, vieron doradas, pulpos escondidos entre las rocas y peces de colores que harían llorar a Dory.


🧨 Pequeño drama: Javi, que no puede ver un botón sin apretarlo, tocó el regulador (ese que te dicen “NO TOQUES ESTO”) y salió disparado hacia la superficie como si lo hubiera llamado su planeta.

Spoiler: está bien. Pero desde entonces le llaman “El Cohete”.


Mientras tanto, las chicas en la orilla…

Nos cayó un buen chaparrón y acabamos refugiadas bajo un techito comiéndonos un helado. Los niños, como buenos anfibios, siguieron en la arena y se apoderaron de un parque de ejercicios. Spoiler 2: ninguno hizo ejercicio.


Mar Menuda es un lujo:

✔️ Duchas

✔️ Baños limpios

✔️ Chiringuito

✔️ Escuelas de submarinismo directamente en la playa (pero nosotros fuimos a la más recomendada de Google, que está en coche a unos minutos).





🛍️ Ale-Hop: la trampa mortal del consumismo cuqui



Después de secarnos y pasear por la playa grande de Tossa, apareció ese lugar al que los niños entran con ojos de anime:

💀 El Ale-Hop.

Las niñas entraron como si fueran al Louvre. Y salieron como si hubieran hecho un máster en papelería táctil: libretas peluchonas, bolis con brilli-brilli, y una súplica de “¿nos portamos bien, verdad mamá?”.


💸 No pidieron helado, ¡prefirieron renunciar al postre por una libreta!

Sí, estamos criando pequeñas empresarias con prioridades claras.





🦐 Final feliz: mariscada y castillo iluminado



Comimos frente al Ale-Hop (casualidades del destino o marketing del demonio) una mariscada gloriosa con vistas al castillo de Tossa.

Al anochecer, el castillo se iluminó y el plan era subir…

💤 Pero los niños ya estaban en modo 🧟‍♂️ zombi.


Y Javi, con su café en vena, ya se había puesto las zapas.

Tuvimos que frenar su intento de subida nocturna estilo “Misión Imposible”, porque no era plan de perseguir a un padre con adrenalina entre ruinas medievales a las 23:00.





Aprendizaje del día:



  • Si ves un botón bajo el agua, no lo toques.
  • Nunca subestimes la capacidad de un Ale-Hop para devorar a tus hijos.
  • Lleva water shoes a las playas de Girona. Tu dignidad (y tus plantas de los pies) lo agradecerán.



DÍA 2 – Cap Roig: escaleras al abismo, peces fisgones y cena en la gloria

Spoiler: incluye escaleras asesinas, peces cotillas y una cena en modo healthy crew.


El Día 2 nos llevó a un sitio tan bonito como cabrón:

Cala del Cap Roig, una de esas playas de postal… pero con acceso tipo prueba de resistencia de “El Conquistador del Caribe”.




🧗‍♀️ Escaleras asesinas y vista de infarto



Para llegar a la playa tienes que ganártelo:

escaleras empinadas, rodeadas de pinos y con vistas que compensan… si sobrevives.

Bajar no es el drama, pero subir con niños, nevera y flotadores es como hacer crossfit con vistas al mar.


Eso sí, una vez abajo:

agua cristalina, peces por doquier, y una cala preciosa, ideal para hacer snorkel y jugar a “dónde está Nemo versión mediterránea”.


Las niñas felices, en modo sirenas con gafas.

Nosotros, con dolor de pies (porque seguimos sin las water shoes, error de novatos), pero felices.






🚽 Baños: el gran plot twist


No hay baños públicos.

Solo los del chiringuito. Pero ojo:

si te tomas algo no te garantizan acceso. Literalmente, un baño con condiciones.


Así que apunta:

🌟 “Pipi estratégico antes de bajar las escaleras del infierno” 🌟





🥾 Paseo costero nivel Pinterest



Desde la cala puedes hacer un paseo precioso costeando todas las calas de la zona.

Ideal para pasear al atardecer, tomarse fotos como influencer mindful y contar historias de piratas (o influencers que se cayeron haciendo reels).





🏡 Cierre deluxe: amigos, piscina y cena 

healthy



El día terminó como deben terminar los días top:

en casa de unos amigos, con piscina privada, risas sin filtro y cena healthy que ni en Instagram.




Tortilla de patata, ensaladas, cosas sin gluten y conversaciones que valen más que el mejor hotel.




✨ Moraleja del día:

Si quieres playas salvajes, prepárate para sudar, escalar y hacer pipí en modo ninja.

Pero si encima acabas en una piscina con amigos, lo demás se olvida.


Eso también es lujo. Del de verdad.




DÍA 1 – Bienvenidos a Girona: precipicios, piedras asesinas y helado celestial

Salimos de Madrid el jueves por la noche, en modo caravana familiar escapando de Mordor.

Llegamos a la Font del Bisbe a las 2:00 a.m., con ojeras, maletas y el GPS llorando en arameo.


La casita: un amor.

En pleno bosque, debajo de las murallas de Girona.

Acogedora, rústica, misteriosa. Un lugar perfecto para escribir novelas… o perder un zapato como Cenicienta huyendo del jabalí nocturno.


Pero lo mejor fue aparcar:

👉 camino oscuro

👉 maniobra marcha atrás

👉 PRECIPICIO A LA DERECHA.

Una actividad adrenalínica gratis con la reserva de la casa.


Metimos niñas en la cama, descargamos la vida y a dormir, con el sonido de los grillos y los nervios todavía en la garganta.





🏖 Playa de Sa Conca (S’Agaró):



Snorkel, piedras cabronas y nevera de campeones


El día siguiente arrancó playero:

Nos fuimos a Sa Conca, en S’Agaró, con nuestra nevera Coleman cargada como si fuéramos a cruzar el Sáhara: frutas, cervezas, sándwiches, hielos y dignidad.


La playa es de postal:

Aguas cristalinas, duchas públicas, baños decentes y peces en la orilla para fliparlo con el snorkel.


PERO nadie nos avisó de lo más importante:

💥 ¡PLAYA DE PIEDRAS!

No callaítas, no. Piedras afiladas que se clavan en el alma.

Y nosotros sin water shoes. Mal.

La entrada al agua fue una performance entre ballet de dolor y gincana acuática. Las niñas lo dieron todo como sirenitas ninja, nosotros parecíamos patos mareados.





De camino a casa, paramos a comprar en un Mercadona (que hay cositas sin gluten rápidas paramos los intolerantes de la casa) y en una frutería espectacular 😍 de productos locales, de cercanía. 


FRUTAS Y CELLER S’AGARO



🍦 Helado nivel Dios: Rocambolesc by Jordi Roca



Después de ese momentazo de exfoliación plantar forzosa y mucha sal marina, nos fuimos a Girona ciudad al atardecer.


Y ahí sí: el orgasmo de la jornada.

🍦 Rocambolesc

El helado de Jordi Roca.

Fantasía comestible, cuchara de unicornio, toppings imposibles. Te reconcilia con todo: con la piedra de la playa, con el precipicio del parking, con tu niño interior.





✨ Y como broche de oro: paseo por las murallas de Girona, donde no se escucha el ruido, se escucha la luz. Calles con alma, esquinas con historia y un Barri Vell que huele a magia vieja. Girona es para caminarla con los ojos abiertos y el corazón encendido.




🌀 Moraleja del día 1:

Si sobrevives a una maniobra marcha atrás con precipicio, te clavas todas las piedras de una playa catalana y luego te comes el mejor helado de tu vida… estás en el lugar correcto.